Digamos que si de 24 horas que tiene el día, X hacía cosas fascinantes 23, o inclusive, 25. Digamos que X era una persona que se completaba a sí misma, y que cada día descubría y redescubría su arte....
Hasta que un día se enganchó a la tele, empezó a ver series divertidas, series dramáticas, buenas películas y malas películas... pasado un tiempo empezó a ver cualquier cosa que echasen por la tele, bueno, malo absurdo, ridículo, patético... ah.. publicidad... oscuro, odioso, tedioso, insultante...
Digamos que X ya no cultivaba su mente, bueno digamos que ya no hay nada que decir porque está la tele encendida... y la tele manda.