lunes, 9 de abril de 2012

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Coordinemos nuestros pasos al caminar, coordinemos nuestras miradas, coordinemos nuestros labios, coordinemos nuestras lenguas, coordinemos nuestros susurros y nuestros silencios, coordinemos nuestros besos y nuestras caricias, coordinemos nuestros mordiscos y nuestros arañazos, coordinemos nuestros cuerpos y nuestros pensamientos, coordinémonos.
Y ahora que estamos perfectamente coordinados, ahora que nuestros gestos son una perfecta simbiosis, ahora que prácticamente somos uno. Rompámoslo.
Rompámoslo en pos de la espontaneidad, dejemos de pensar, dejemos de intentar ser uno, dejemoslo. Dejémoslo para que cada vez que tus pasos y los míos se fusionen en un ritmo se rompa por el calor de un abrazo, dejémoslo para que cada vez que te entre el sueño a medianoche quede irrumpido por mis ganas de acariciarte, dejémoslo para que cada vez que crea que sepas lo que vas a hacer me sorprendas con cualquiera de tus locuras.
Dejemos de coordinarnos, dejemos de no coordinarnos, dejemos que nuestras miradas se unan cuando nuestros cuerpos se separen, echémonos de menos y dejemos que nuestros cuerpos se unan en el calor de la noche, coordinados o descoordinados, es lo de menos.
Y ahora que somos el absoluto descontrol de la coordinación y la no coordinación, ahora que simplemente coordinamos nuestra descoordinación y descoordinamos nuestra coordinación, ahora es el momento, es el momento en el que lo único que importa somos nosotros.



1 comentario:

  1. Coordinemos nuestras manos para escribir a la vez!
    Ay la niña que destruía cerebros! MEGUSTA.

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