lunes, 2 de febrero de 2015

El secreto del bosque

En un bosque oscuro donde apenas alcanzaba la luz, rodeado de espesos árboles dormidos que emanaban el verde más hermoso que haya podido albergar aquella tierra. En aquel bosque brumoso, solitario y olvidado dónde las gotas de lluvia descansaban convirtiéndose en diamantes iluminados por la ténebre luz que filtraban unas hermosas hojas fabricadas de esmeraldas, en aquel lugar descansaba un secreto.

Aquel secreto era contado por el viento susurrante, el único que se atrevía a entrar en aquel paraíso desconocido.
Y es que una de aquellas noches que todos los mortales pasaron por alto, una noche clara, en la que la luna iluminaba el cielo con fuerza dejando olvidadas a todas las estrellas, justo en esa noche un rayo de luna quedó atrapado en aquel profundo bosque. 

Cuando la frágil luz iluminó la abrumadora oscuridad que habitaba en aquel bosque despertaron todos los diamantes dormidos, creando nuevas constelaciones, allí en aquel lugar olvidado.
 El pequeño rayo de luna, al ver aquel espectáculo de luz que él mismo había creado quedó maravillado. En aquella noche clara no podían brillar las estrellas...pero en aquel profundo bosque se despertó todo una galaxia, una galaxia que le pertenecía.

Así que aquel rayo de luna olvidado decidió quedarse a vivir en aquel bosque, donde la oscuridad era eterna, y él, el insignificante rayo de luna, se convertía en la mayor de las estrellas que iluminaba aquél rincón olvidado.

Entonces el pequeño rayo se sumió en su propia locura, ya que si alguna otra luz penetraba en aquel oscuro lugar, él ya no volvería a despertar aquella sinfonía de luces eternas... así que el pequeño rayo selló aquel bosque para siempre, quedándose para sí aquel hermoso espectáculo que jamás nadie podría contemplar, dejando pasar únicamente al ululante viento, quien juró guardar su secreto para siempre

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